Pronto sin guarida…

Hace días no me sentaba a escribir para mí, en mi blog, en caliente (a pesar que llueve y ventea), tecleando como un «malambo» (dicen por ahí, y todavía no sé qué es).

Pero es que soñé, y me acordé, y era que sentía que afuera de mi casa en Medellín (que queda encima de Punto Link), había mucha gente (como habitualmente las hay), pero entraban a mi pieza, e iban sacando cosas, y me decían que Shiiiito, que siguiera durmiendo.

Y esa misma noche, se cayó a nuestros pies la biblioteca. Se desparramó con todo el conocimiento que todavía no he leído, pero ya dice, junto con los sueños, que esta guarida citadina ya quiere que nos vayamos.

Pero no tenemos para donde. Aún. Estamos buscando. (En plural, porque parece que somos varios). Falta encontrar la casa ideal, con todas las especificaciones que necesitamos todos. Luego los papeles. Y un largo etcéteraaaaa.

Unos días después. Pocos, realmente. Recibí una visita en la casa, un domingo después de oír a Diana Uribe y ver el viento empujar a pájaros y ramas, que me gritaba que tenía 15 días para deshabitar la casa. Obvio, que dijé que sí. Es un bonito lugar, pero lo han cargado de malas energías.

Ya se habla por cartas con la persona que me arrendó, y ya se ha tanteando el terreno con los conocidos de casas deshabitadas por el sector de El Carmen de Viboral, pero la cosa no es nada fácil. Seguro me sacan a la calle (o a la carretera) antes de conseguir un nuevo «Paraíso».

Veo el panorama enredado, y paralelo a eso lleno de trabajo y compromisos de seguir haciendo a pesar de las luchas, de que los tiempos son bueno y malos al tiempo.

Que la suerte nos acompañe. Si todavía rezan, incluyan mi nombre a su santo de las casas y fincas desocupadas.

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