Sigue la búsqueda de la casa de campo

Antes de salir, doña Gloria (una amiga de Viviana Serna que sacó tiempo para mostrarme la casa), además de prestarme botas, me regaló un café con leche (la leche se la robó al tarro del niño de su hija).

La casa no era lo que buscaba, pero el paseo bajo el agua y empantanado fue un paso más (que por esa época no era desesperado) de encontrar una casita de campo.
Igual, que alguien mucho más pobre que vos saque tiempo de su cansancio y leche del nieto, algo te modifica en el pensamiento y en el corazón. Algo.

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